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Carta al General Howard Huxley

Antes de comunicar los avances al día de recibida esta carta, quiero hacer de su conocimiento general, que el motivo de mi ausencia podría ser justificada únicamente con lo que cito a continuación y que, según el Mundial Acuerdo Por Un Mundo Feliz, son datos relevantes para saber el avance social al siglo I después de Ford, mismos en los que he estado trabajando.

Según entiendo, Su Fordería Elon Hawking afirma que en poco tiempo el transporte interplanetario será posible, todo es cuestión de ajustar el presupuesto de los países del tercer mundo, salvajes como México y el resto de Latinoamérica, así como todo África; esos países no nos sirven de nada y entre si mueren o viven no nos son prescindibles para permitir un avance tecnológico tan importante para las castas mayores.

La sociedad ha ido encaminándose notablemente, la mayoría ya no cree en la espiritualidad y han estado adquiriendo las nuevas doctrinas establecidas por los superiores. Este fenómeno ira evolucionando según sea necesario. Actualmente son minorías las que logran leer o escribir más de ciento cincuenta letras para expresarse de manera medianamente exitosa, el lenguaje se ha ido simplificando a favor de la indiferencia y con ello se han ganado adeptos a la simplicidad y al confort, inclusive se han inventado nuevas jergas internacionales, todas ellas para expresar un mismo suceso que sea entendido por el público general.

Sin embargo, algo que llama la atención de estos hechos, es que los individuos han reaccionado según sus conceptos básicos de sobrevivencia. Un ejemplo es el sistema de comunicaciones; a través del acceso “ilimitado” a la información parece ser que esta ya no está en el interés colectivo, por ende, hemos llegado a la teoría de que el saber amarga al individuo. Cosas que aún se conocen como arte y cultura no son sino conceptos anticuados que no responden a las tendencias y el ocio, solo unos cuantos siervos a estímulos emocionales e intelectuales que son devotas. Para solucionar esta problemática, el consejo internacional planea hacerles una isla privada en las Malvinas, donde puedan desarrollar el libre albedrío.

En cuanto a las castas menores, el entretenimiento aun es una clave importante para su preservación, algunos aún mantienen relaciones con fines reproductivos, hecho que se entiende debido a lo costoso que sale maquilar seres humanos por fecundación in vitro y la falta de anticoncepción. En solución a esto, se piensa que en un futuro los humanos sigan siendo instruidos para la poligamia y el coito no emocional, efectuado por placer, además, se tomarán medidas para que los seres puedan ser fabricados a través de sucedáneos de fabricación en masa, siguiendo el principio de la producción en cadena que nos heredó nuestro salvador y ente, Henry Ford. En caso de no ser esto posible, se piensa dotar a las clases mayores con equipos de clonación perfecta, es decir, que por cada nuevo ser nacido sean eliminadas sus patologías.

Lamentablemente, la gente del siglo pasado cuenta con doctrinas basadas en la fantasía, por lo que se prevé una guerra, debidamente organizada, para demostrar a los habitantes que es el método lo único verdadero en el globo. Se espera que con esto sea establecido un nuevo sistema de obediencia que responda según las bases fundamentales de la oferta y la demanda.

La buena noticia es que la psiquiatría ya ha descubierto un nuevo método de aturdimiento denominado como Somalium (simplificado como soma), un fármaco más fuerte que el sertrex, la fluoxetina. Con esta se piensa eliminar todas aquellas sustancias que no se utilizan con fines de obediencia; el inconveniente de este nuevo descubrimiento es que ésta inhibe la hormona sexual, pero ya estamos en búsqueda de soluciones.

Otra buena noticia es que la clase media ha sido eliminada en un 87%, así que ya podremos hacer un reordenamiento de castas según su función en la sociedad y no su estatus económico. El cambio de orden está proyectado implementarse para dentro de un lustro, así que hay tiempo.

Sin más por el momento, agradezco su atención y el envió de aquella obra La Tempestad, de Shakespeare, le aseguro la esconderé como a mis sentimientos.

Atte.: Su Fordería Mustafá Mond

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Alberto Perea

Melómano por herencia; bailarín frustrado y con dos pies izquierdos; un vago sin remedio; escritor de dudosa calidad; redactor que olvida comas y acentos; baterista hasta cuatro compases; poetastro (de esos que apestan); cantante de regadera; director de cine y teatro en sus sueños; Pero eso si, a toda madre el vato.

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